Educar a los niños a través del juego se ha de considerar
profundamente. El juego bien orientado es una fuente de grandes provechos. El
niño aprende porque el juego es el aprendizaje y los mejores maestros han de
ser los padres.
Como adultos tendemos a pensar que el juego de los niños es algo
demasiado infantil como para convertirlo en parte importante de nuestra vida, y
no es así. Para los niños, jugar es la actividad que lo abarca todo en su vida:
trabajo, entretenimiento, adquisición de experiencias, forma de explorar el
mundo que le rodea, etc. El niño no separa el trabajo del juego y
viceversa. Jugando el niño se pone en contacto con las cosas y aprende,
inconscientemente, su utilidad y sus cualidades